Dime lo que escuchas y te diré quien eres

viernes, 7 de octubre de 2011

Los sueños disponen

Los sueños disponen mi estado de ánimo, son como duendes traviesos que no puedo controlar. No se les ocurre aparecer durante el día, se dedicarán a otros menesteres, quizá construir un fortín camuflado entre las sábanas. Los muy viles sólo me perturban cuando llega el quedo, cuando estoy más desprevenida, aprovechan que bajo la guardia para asediar la frágil fortaleza que tantas horas del día he invertido en construir. Una vez conquistadas las murallas se hacen con el poder y se cuelan en todos los salones, armarios y habitaciones. Se mueven rápido, saben que no tienen mucho tiempo. Me remueven por dentro, fisgan en mis rincones y me lo desordenan todo.
No me preocupa que sean tan cotillas, pero se van en cuanto amanece, los muy cobardes, y me lo dejan todo patas arriba.
Tengo entonces que dedicar el día entero a colocarlo todo como estaba. Lo malo es que muchas veces no sé cuál era su sitio, de tan escondido y tan al fondo que tenía el recuerdo. Lo peor es que son muy sucios, llegan incluso a hurgar en los cubos de basura y lo dejan todo hecho una mierda.

lunes, 3 de octubre de 2011

tanto por leer, tanto por descubrir...

Te quiero porque tienes
las partes de la mujer en el lugar preciso
y estás completa.
No te falta ni un pétalo,
ni un olor, ni una sombra.

Colocada en tu alma,
dispuesta a ser rocío en la yerba del mundo,
leche de luna en las oscuras hojas.
Quizás me ves,
tal vez, acaso un día,
en una lámpara apagada,
en un rincón del cuarto donde duermes,
soy la mancha, un punto en la pared,
alguna raya que tus ojos, sin ti,
se quedan viendo.

Quizás me reconoces
como una hora antigua
cuando a solas preguntas, te interrogas
con el cuerpo cerrado y sin respuesta.

Soy una cicatriz que ya no existe,
un beso ya lavado por el tiempo,
un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes
y en tus manos estoy, brasa, ceniza,
para secar tus lágrimas que lloro.

¿En qué lugar, en dónde, a qué deshoras
me dirás que te amo? Esto es urgente
porque la eternidad se nos acaba.
Recoge mi cabeza. Guarda el brazo
con que amé tu cintura. No me dejes
en medio de tu sangre en esa toalla.
Jaime Sabines